Quinta sesión:
En esta sesión estuvimos hablando del margen que da la ley educativa actual a los centros y docentes para adaptar la enseñanza según el alumnado. En teoría, esto es positivo porque permite un enfoque competencial, con objetivos abiertos que el profesorado debe concretar según las necesidades reales de su grupo. Pero en la práctica, esa autonomía no está tan clara ya que la normativa no siempre respalda esa libertad del docente.
Además, muchas veces los docentes seguimos enseñando como antes, priorizando contenidos que creemos esenciales en vez de centrarnos en las competencias. Esto crea una contradicción enorme, se enseñan contenidos, pero se evalúan competencias. En 2º de Bachillerato esto se ve muy claro. El curso gira en torno a preparar una prueba externa que exige memorizar datos, aunque la evaluación oficial sea competencial. Así, es difícil avanzar hacia un enfoque más coherente y útil.
También reflexionamos sobre cómo muchas veces las programaciones están cerradas antes de conocer al grupo. Aunque luego se puedan adaptar, rara vez se hace. Y esto es algo que he visto claramente en las prácticas, pero no todos los docentes son capaces de tomar la decisión de adaptarse al alumnado, en lugar de que el alumnado se adapte a ellos.
Durante la sesión trabajamos, a través de una práctica, con el Real Decreto 217/2022, concretamente con la relación entre el perfil de salida y los descriptores operativos. Debíamos relacionar competencias específicas con estos dos elementos según nuestro propio criterio.
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