Tercera sesión:
En esta tercera sesión profundizamos en cómo atender a la diversidad real que habita hoy en las aulas. Toda esta diversidad del alumnado la he vivido personalmente en las practicas y considero que es una de las cuestiones clave de nuestra futura labor como docentes. Reflexionamos, también, sobre las múltiples necesidades del alumnado, necesidades lingüísticas, sociales, emocionales, cognitivas...
El caso práctico de Billy, un alumno extranjero, nos permitió analizar estas ideas. A través de su texto escrito analizamos su nivel de español y detectamos en parejas o pequeños grupos, algunas de sus principales dificultades, como por ejemplo, vocabulario, sintaxis, formación de oraciones, entre otras. Sin embargo, también nos dimos cuenta por su manera de escribir que su competencia oral era mucho más alta, lo que nos hizo pensar en las limitaciones del sistema educativo, que a menudo prioriza la evaluación escrita y no contempla suficientemente la riqueza de otros formatos.
Por lo que surgió un debate en clase sobre este caso. Nos hicimos preguntas como por ejemplo: ¿cómo podemos evaluar de forma más justa? ¿Qué sentido tiene exigir lo mismo a todos cuando no todos parten del mismo lugar? Consideramos propuestas como actividades multinivel, trabajo cooperativo, o un acompañamiento docente más humano y cercano, sin perder la distancia profesional.
Además, tratamos el hecho de cómo secuenciar y organizar los contenidos, y no considero que llegamos a una respuesta clara, pero es cierto que coincidimos en que, sea cual sea el enfoque, debe partir siempre del contexto del alumnado, de sus intereses y necesidades.
La sesión cerró con una reflexión sobre la vocación docente. Más allá de saber de lengua, ser profesor hoy implica saber observar, escuchar, adaptarse y tomar decisiones pedagógicas complejas. Enseñar no es solo transmitir contenidos, es crear las condiciones para que todos puedan aprender.
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